Escucha aqui el audio de este estudio: https://www.youtube.com/watch?v=OYrUtiF-wJ4&ab_channel=Gracedevotionals

Romanos 1: 1-4 Pablo, un siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol y apartado para el evangelio de Dios, el evangelio que Él prometió de antemano por medio de Sus profetas en las Sagradas Escrituras, con respecto a Su Hijo, que era un descendiente de David según la carne, y quien por el Espíritu de santidad fue declarado con poder Hijo de Dios por su resurrección de entre los muertos: Jesucristo nuestro Señor.

Podemos ver en nuestro texto de hoy un claro sentido de identidad en el apóstol Pablo. No pasó su tiempo precioso preguntándose quién era realmente y qué debería estar haciendo. Supongo que si no sabemos quiénes somos, nunca sabremos qué es lo más importante para nosotros.

Pablo fue un siervo de Cristo Jesús. La palabra aquí traducida siervo es doulos en griego y habla de una persona que pertenece a otra; un esclavo, sin ningún derecho de propiedad propio. Es interesante cómo este estado de ser siervo de otro se usa con la más alta dignidad en el Nuevo Testamento cuando se usa en el contexto de nuestra relación con Dios.

Cabe señalar que Dios nunca ha tomado a un siervo en la forma en que los hombres esclavizan a otros hombres. No está en su carácter hacer tales cosas. Él llama a sus futuros siervos a través de un siervo actual que comparte el evangelio (las buenas nuevas) de la salvación por gracia a través de la fe (Efesios 2: 8). La Gracia significa que es gratis para todos debido a la Cruz y la Fe viene al escuchar (Romanos 10:17). La audiencia ocurre cuando un siervo habla (Romanos 10:14). El misterio de todo esto es que simplemente estamos llamados a hablar y a hablar solo un mensaje muy claro que llamamos el Evangelio. En torno a esa comunicación, el Espíritu Santo está convenciendo al oyente del pecado, la justicia y el juicio (Juan 16: 8). Nosotros hablamos. El Espíritu hace el trabajo de convencer y salvar.

Al considerar estas cosas, me pregunto, ¿qué clase de sirviente soy? ¿Acepto mi identidad como siervo de Cristo Jesús de manera que cumplo con Su propósito en mí? ¿Es ese sentido de identidad una especie de trivialidad cristiana, un comentario o declaración, especialmente uno con un contenido moral, que se ha utilizado con demasiada frecuencia para ser interesante o reflexivo? ¿Cambia mi sentido de servicio lo que hago en el mundo real? ¿Me siento como siervo dedicado a servir?

Quizás el mayor obstáculo para un cristiano que comprende su servicio es servir, pero nunca compartir el Evangelio en sus interacciones con los demás. Vivimos como sirvientes, pero nunca hablamos como sirvientes. El primero es nuestra identidad. El último es nuestro propósito. Al adentrarse en el mundo de hoy, recuerde su identidad, pero, sobre todo, recuerde su propósito.

Te invito a ver nuestro proximo devocional en este enlace: El hijo de Dios parte 1

Ademas puedes verlos y comentarlos en tus redes sociales:

https://www.facebook.com/profile.php?id=100073097150614,

https://www.facebook.com/gracedevotionals1

https://www.instagram.com/gracedevotionals/

Glenn