escucha aca el audio de este estudio: https://www.youtube.com/watch?v=BlOvU3hPq4I&ab_channel=Gracedevotionals

Nuestra lectura de hoy se encuentra en Job 1:1 “Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.” (RVR 1960)

Esta es una descripción de un hombre de Dios. Tanto la forma en que caminó con Dios como la forma en que la gente lo vio están a la vista aquí. De las cuatro palabras que se usan para describir a Job en Job 1:1, hoy investigaremos solo una de ellas: perfecto. Este es una de las características de Job que se destacara ante los ángeles y los hombres; este hombre andaba perfecto ante Dios. Incluso el SEÑOR lo reconoció con esta palabra “perfecto” en Job 1:8 y 2:3. la palabra hebrea en estos versículos transmite la idea de estar completo o irreprensible ante Dios. Job hizo todo lo que Dios esperaba de él, según su concepto de su obligación ante Dios.

Tal vez se pregunte cómo una persona puede estar libre de culpa ante Dios. Es interesante que vemos que incluso el Apóstol Pablo en Filipenses 3:6 usa una terminología similar cuando defendió su vida antes de conocer a Cristo; el escribió, “en cuanto a la justicia bajo la ley, <yo era> irreprensible”. Ser irreprensible no anula la necesidad de ser justificado por la fe. Pablo lo declararía eso claramente en Filipenses 3:9. Pablo contó incluso su vida perfecta o sin culpa bajo la Ley como algo perdido y sin sentido en comparación con “la incomparable excelencia de conocer a Cristo Jesús, mi Señor”. No, la inculpabilidad por haber obedecido la ley no pudo salvar a Pablo, ni puede salvarnos a nosotros, pero temer y obedecer a Dios sí le honra a Él. Incluso el Señor se jactó de ella cuando habló de Job en Sus diálogos con Satanás (otra vez, Job 1:8 y 2:3).

Entonces, ¿qué es la inocencia o la perfección ante Dios? ¡Buena pregunta! Significa estar completo, no faltar nada. Santiago habló de este aspecto de nuestro carácter en Santiago 1:4 como algo que se perfecciona bajo las pruebas. Conectó este rasgo de carácter con la perseverancia, la madurez y lo describió como algo que Dios puede estar obrando en nosotros. En el sentido más simple, significa estar confesados ​​al día, pero está íntimamente relacionado con la prueba de nuestra fe. Eso me hace recordar de Job.

Para alguien en la época de Job o incluso durante la vida de Pablo antes de conocer al Señor, significaba presentar los sacrificios prescritos por la Ley. Para nosotros significa cosas como andar en el Espíritu y no satisfacer los deseos de la carne (Gálatas 5:16) o cumplir con la Ley de Cristo en Gálatas 6:2 y 5:14. Mientras caminamos en el Espíritu vamos a fallar de vez en cuando. Ser completo o perfecto en estos casos significa confesar nuestros pecados y reconocer la ofrenda de Jesucristo hecha una vez para siempre. Él es El Justo, nuestro abogado ante el Padre. (Santiago 5:16, 1 Juan 1:9, Hebreos 10:10 y 1 Juan 2:1) Así andamos irreprensibles delante de Dios.

Oremos juntos mientras consideramos como esta enseñanza se relaciona con nuestro día. Padre Celestial, gracias por el privilegio de caminar en Tu Espíritu. Te pido que guíes cada paso de mi jornada hoy y que seas glorificado en el proceso. Deja que mis palabras y acciones revelen tu carácter y naturaleza en mí. Cuando falle, convénceme Señor del pecado y enséname como acercarme confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Sea glorificado Señor por Tu obra en mí. Amén.

Puedes ver el estudio que continua en este enlace: El conocimiento que activa la fe

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